Las leyes de Newton, también conocidas
como leyes del movimiento de Newton,1 son tres
principios a partir de los cuales se explican la mayor parte de los problemas
planteados por la mecánica, en particular,
aquellos relativos al movimiento de los cuerpos.
Revolucionaron los conceptos básicos de la física y el movimiento de los
cuerpos en el universo, en tanto que
Constituyen los cimientos no sólo de la dinámica clásica sino también de
la física clásica en general. Aunque incluyen ciertas definiciones y en cierto
sentido pueden verse como axiomas, Newton afirmó que estaban basadas en
observaciones y experimentos cuantitativos; ciertamente no pueden derivarse a
partir de otras relaciones más básicas. La demostración de su validez radica en
sus predicciones... La validez de esas predicciones fue verificada en todos y
cada uno de los casos durante más de dos siglos.2
En concreto, la
relevancia de estas leyes radica en dos aspectos:
·
Por otro, al combinar estas leyes con
la Ley de la gravitación universal, se pueden deducir y
explicar las Leyes de Kepler sobre el
movimiento planetario.
Así, las Leyes de
Newton permiten explicar tanto el movimiento de los astros, como los movimientos de los proyectiles artificiales
creados por el ser humano, así como toda la mecánica de funcionamiento de
las máquinas.
No obstante, la
dinámica de Newton, también llamada dinámica clásica, sólo se
cumple en los sistemas de referencia inerciales; es decir, sólo es
aplicable a cuerpos cuya velocidad dista considerablemente de la velocidad de la luz (que no se
acerquen a los 300.000 km/s); la razón estriba en que cuanto más cerca esté un
cuerpo de alcanzar esa velocidad (lo que ocurriría en los sistemas de referencia no-inerciales), más posibilidades
hay de que incidan sobre el mismo una serie de fenómenos denominados efectos relativistas o fuerzas
ficticias, que añaden términos suplementarios
capaces de explicar el movimiento de un sistema cerrado de partículas clásicas
que interactúan entre sí. El estudio de estos efectos (aumento de la masa y
contracción de la longitud, fundamentalmente) corresponde a la teoría de la relatividad especial, enunciada por Albert Einstein en 1905.
Primera ley de Newton
o Ley de la inercia
La primera ley del
movimiento rebate la idea aristotélica de que un cuerpo sólo puede mantenerse
en movimiento si se le aplica una fuerza. Newton expone que:
Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y
rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas
sobre él.5
La formulación
original en latín de Newton de esta ley fue:
Esta ley postula, por
tanto, que un cuerpo no puede cambiar por sí solo su estado inicial, ya sea en
reposo o en movimiento rectilíneo uniforme, a menos que se
aplique una fuerza o una serie de fuerzas cuyo resultante no sea nulo sobre él.
Newton toma en cuenta, así, el que los cuerpos en movimiento están sometidos
constantemente a fuerzas de roce o fricción, que los frena de forma progresiva,
algo novedoso respecto de concepciones anteriores que entendían que el
movimiento o la detención de un cuerpo se debía exclusivamente a si se ejercía
sobre ellos una fuerza, pero nunca entendiendo como está a la fricción.
En consecuencia, un
cuerpo con movimiento rectilíneo uniforme implica que no existe ninguna fuerza
externa neta o, dicho de otra forma; un objeto en movimiento no se detiene de
forma natural si no se aplica una fuerza sobre él. En el caso de los cuerpos en
reposo, se entiende que su velocidad es cero, por lo que si esta cambia es
porque sobre ese cuerpo se ha ejercido una fuerza neta.
La primera ley de
Newton sirve para definir un tipo especial de sistemas de referencia conocidos
como Sistemas de referencia inerciales, que son aquellos sistemas de referencia
desde los que se observa que un cuerpo sobre el que no actúa ninguna fuerza neta
se mueve con velocidad constante.
En realidad, es
imposible encontrar un sistema de referencia inercial, puesto que siempre hay
algún tipo de fuerzas actuando sobre los cuerpos, pero siempre es posible
encontrar un sistema de referencia en el que el problema que estemos estudiando
se pueda tratar como si estuviésemos en un sistema inercial. En muchos casos,
por ejemplo, suponer a un observador fijo en la Tierra es una buena
aproximación de sistema inercial. Lo anterior porque a pesar que la Tierra cuenta
con una aceleración trasnacional y rotacional estas son del orden de 0.01 m/s^2
y en consecuencia podemos considerar que un sistema de referencia de un
observador dentro de la superficie terrestre es un sistema de referencia
inercial.
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